¡Hola, curiosos del arte y amantes de lo extraordinario!
- Marta Perez de Guzman
- 4 feb
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 20 jun
Bienvenidos a este lugar donde la resistencia se convierte en belleza, lo preconcebido se renueva y lo olvidado cobra vida. Aquí no solo hablamos de arte-objetos, los vivimos. Prepárense para un viaje donde los materiales tienen memoria, las mujeres son protagonistas y el tiempo… bueno, el tiempo aquí es un desorden creativo.

¿Qué es un arte-objeto?
Es una obra de arte que trasciende la categoría tradicional de pintura o escultura para convertirse en algo más: un objeto con una función estética y conceptual, pero que también puede evocar una utilidad simbólica o poética. Sí, ya sé que el nombre suena un poco… ortopédico (¿quién lo habrá inventado?). Si a alguien se le ocurre algo mejor, ¡que me lo diga! Y no, no vale usar otros idiomas. En inglés, art objects suena más chic, pero aquí nacimos en la tierra del Quijote, así que nos toca apañarnos.
A diferencia de una obra de arte convencional, el arte-objeto suele integrar materiales diversos, técnicas mixtas y una narrativa profunda que invita al espectador a interactuar con él de manera más íntima y reflexiva. Es una fusión entre el arte y el diseño, donde la forma, el material y el concepto se entrelazan para crear algo único y significativo.
Mis preceptos (por ahora, que ya sabéis que soy de opiniones flexibles):
1. Crear belleza desde la resistencia femenina: nuestra identidad.
Este precepto es un acto de reivindicación. Transformar la resistencia femenina en belleza implica no solo visibilizar las luchas, opresiones, violencias y desafíos, sino también celebrar la fortaleza, la creatividad y la diversidad de las mujeres.
Mis arte objetos exploran narrativas históricas, personales o colectivas, utilizando símbolos, texturas y formas que evocan la resiliencia y la identidad femenina. La belleza aquí no es superficial, nace de la verdad, la lucha y la transformación.
2. El diálogo entre nuestro tiempo con el arte de los siglos anteriores.
Este diálogo temporal es fascinante. Al conectar el arte contemporáneo con el de épocas pasadas, creo un puente entre lo que vivieron y sintieron todas los feministas que en el mundo han sido y yo, que voy encontrando poco a poco otras miradas que nos enriquecen.
Reinterpreto símbolos y situaciones, rescato técnicas semi-olvidadas, estilos o temas históricos desde una perspectiva actual. Cuestiono y deconstruyo las narrativas dominantes del pasado desde mi óptica femenina. Quiero que las voces que antes fueron silenciadas ahora puedan ser escuchadas y celebradas.
3. Utilizar, en la medida de lo posible, materiales que pertenecieron a otras vidas.
Este principio le da a mi trabajo una dimensión profundamente poética y ecológica. Los materiales con historia llevan consigo memorias, huellas y energías que enriquecen mis obras.
Trabajo con objetos encontrados, textiles antiguos, técnicas en desuso, maderas desgastadas, metales oxidados o cualquier material que tenga una carga emocional o histórica. Esta práctica no solo es sostenible, sino que también invita a reflexionar sobre el ciclo de la vida, el tiempo y la permanencia.
Participación:
A veces, mis arte objetos invitarán al espectador a interactuar con los materiales y las historias que contienen, creando una experiencia sensorial y emocional. Mis obras son un acto de resistencia, memoria y transformación. Cada pieza que creo no solo es un objeto estético, sino también un testimonio de la lucha, la historia y la belleza que surge de ambas.
Así que, ¿listos para sumergiros en este mundo donde el arte tiene memoria y las mujeres escriben su propia historia? ✨
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