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Marta Moore: ¿No te duele?, le pregunto.

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Virgen: Claro que sí, pero me enseñaron a no mostrarlo, responde ella, con el pecho descubierto y la mirada perdida.

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MM: A mí también me dijeron que el dolor era amor, que el sacrificio era virtud. Que el silencio y la soledad eran parte de ser buena madre.

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Nos miramos un instante, atravesando siglos de ideales impuestos.

V: Me representaron serena, como si ser madre no doliera. Me borraron el deseo, el agotamiento, la duda.

MM: Mi maternidad no me restó, me transformó. Me reveló emociones nuevas… y también sombras para las que no estaba preparada. Nadie me avisó.

V: ¿Y cómo lo hiciste?

MM: Lo más difícil no fue criar, fue sostenerme sin desaparecer.

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​Pieza única.

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Textiles de hotel reciclados, seda y coral.​

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3.000 €